¿Salir adelante de una pandemia? No es algo nuevo para esta miembro de SCAN
Cuando ha atravesado tres brotes importantes de enfermedades como Pamela B., de 92 años, aprende algo sobre cómo mantenerse saludable y sobrellevar los tiempos difíciles.
A fines de la década de 1920, cuando Pamela era muy joven, la viruela se estaba propagando en su ciudad natal en el sur de Inglaterra. La viruela fue una enfermedad altamente infecciosa que causó enfermedades graves y la muerte de muchas personas en todo el mundo antes de desaparecer, en 1980. Pamela cuenta que era demasiado joven para recordarlo, pero su madre compartió historias de padres preocupados que se preguntaban si debían vacunar o no a sus hijos cuando hubiera una vacuna disponible.
Los nuevos lugares trajeron nuevos desafíos
Avancemos en el tiempo: Pamela se encuentra en otra etapa de su vida y en otro lugar cuando experimenta otro peligroso brote de enfermedad. Estaba viviendo en Libia con su esposo, que era miembro de la Real Fuerza Aérea británica, cuando estalló la tuberculosis y la fiebre amarilla. “Las enfermedades estaban muy propagadas en Libia y en otras partes de África en ese momento”, recuerda. La tuberculosis, o Tb, es una enfermedad infecciosa que afecta los pulmones. Por su parte, la fiebre amarilla es una enfermedad viral causada por picaduras de mosquitos. Hay vacunas para ambas enfermedades, y Pamela indica que, si bien no se hacían aislamientos como en la actualidad, ella y su esposo se vacunaron contra las dos enfermedades.
Con el tiempo, Pamela y su esposo regresaron a Inglaterra y comenzaron a formar una familia. Sin embargo, el clima húmedo de Inglaterra estaba afectando la salud de sus hijos, así que cuando su esposo vio un anuncio de trabajo en el soleado estado de California, se postuló. La familia abandonó su Inglaterra natal y se trasladó al Condado de San Diego.
Todavía hay muchos motivos para celebrar
Pamela todavía se encuentra en California, vive con su hija y es testigo de primera mano de otra crisis sanitaria, pero esta vez a escala mundial. Además de los desafíos a los que se enfrenta por la pandemia de la COVID-19, Pamela se cayó y se fracturó la cadera en agosto pasado. Pasó cinco semanas en un centro de rehabilitación antes de regresar a casa.
Sus experiencias le han enseñado a sobrellevar la situación sacando fuerzas de sus relaciones. “Me siento muy bendecida de tener familiares y amigos que oran por mí y que me llamaban todos los días al centro de rehabilitación, incluso mis parientes en Inglaterra”, comenta. “Y la gente que trabajaba en el centro era maravillosa; se convirtieron en una segunda familia”.
Aun así, Pamela se alegró de estar en casa a tiempo para cumplir 92 años. Fue una celebración tranquila y con distanciamiento social, ¡pero una celebración, al fin!