¿Demasiado avergonzado por su propio bien?
La mayoría de nosotros hemos estado en esa situación al menos una vez: Debemos analizar un problema de salud delicado con nuestro médico, pero nos avergüenza mencionarlo. Si bien puede ser más fácil evitar el tema, podría ser peligroso para su salud.
Entonces, ¿cómo superamos la vergüenza de obtener la atención que necesitamos? Puede ser útil saber que no importa lo mortificado que esté por lo que tiene que decir, su médico no lo estará. Él o ella han tenido experiencia con todo tipo de problemas médicos y de salud. Eso significa que probablemente nada de lo que usted diga sea algo que su médico no haya escuchado antes de un paciente.
Si pensar en este tipo de conversación aún lo hace sentir incómodo, intente seguir estos consejos:
Lleve un registro escrito de sus síntomas y cuándo ocurren para compartirlo con su médico. Su médico podrá saber lo que sucede sin tener que hablar mucho al respecto. Además, tener un registro escrito le ayudará a recordar los detalles clave.
Sea franco con respecto a cómo se siente. Comience diciendo, "Es un poco vergonzoso para mí hablar de esto". Puede ser útil para su médico saber cómo se siente y lo que sucede.
Use un lenguaje común. Antes de su consulta, piense en cómo describir sus síntomas y lo que está experimentando en términos simples y claros. Por ejemplo: ¿Describiría su dolor como tremendo, palpitante, punzante o…?
Cree un entorno que sea lo más cómodo posible. Por ejemplo, puede preguntarle a una enfermera en la recepción si puede hablar con el médico mientras aún está vestido, antes de ponerse la bata. O quizás alguien ha venido a visitarlo, pero tiene vergüenza de hablar sobre sus problemas delante de ellos. De ser así, considere pedirles que esperen afuera de la habitación por algunos minutos.
Pruebe con una consulta remota primero. Si simplemente no puede tener la conversación cara a cara, puede ser más fácil para usted hablar con su médico por teléfono o en una consulta virtual. Dependiendo de su problema, es posible que deba realizarse un examen en persona.
Recuerde que su médico está para ayudarlo y debe sentirse cómodo para hablar abiertamente con él sobre cualquier tema relacionado con su salud, incluso aquellos que lo hacen ruborizar.