Los integrantes del club de mayores de 100 de SCAN le dan un nuevo significado a viejas ideas
En SCAN tenemos la fortuna de conocer a personas verdaderamente extraordinarias: los miembros que han cumplido 100 años y más. En las visitas por cumpleaños que hacemos a estas personas centenarias vemos cómo rompen con los estereotipos y desafían ideas antiguas, gracias a que envejecen con buena salud y vitalidad.
LUCILLE P, 100 años
De contextura pequeña y alegre, Lucille se mueve con agilidad y seguridad, lo cual delata que ha pasado su vida en salones y pistas de baile y en todo lugar en el que pudiese sentir la felicidad y la libertad que le daba bailar. “Amaba el movimiento y las cosas que me hacía sentir, las personas, y casi todo sobre el tema”, recuerda.
Hoy, Lucille ha cambiado los zapatos de baile por unos que le resultan cómodos para caminar por la gran residencia para ancianos en la que vive. Aunque Lucille aclara que no reemplaza a la euforia que alguna vez sintió en las pistas, agradece que hacer ejercicio regularmente la ayude a estar saludable, con una actitud positiva y sociable.
Quienes crean que la creatividad y el dinamismo se desvanecen con el paso de los años, es porque no han conocido a Lupe, miembro del club para mayores de 100 de SCAN desde hace tres años. Nació en México, pero vive en EE. UU. desde recién nacida, Lupe habla, escribe y lee tanto en español como en inglés. La última vez que vimos a Lupe estaba escribiendo la historia de su vida, la cual espera poder publicar algún día. Lupe afirma que su clave para la longevidad fue una veta obstinada durante toda su vida: “Nunca me doy por vencida”
.
Haber perdido el ojo izquierdo por una lesión a los 80 años podría haber marcado el final de muchas de las actividades que Donald disfruta. Pero haber perdido parte de la visión, que fue de enorme valor para este bombardero de la Segunda Guerra Mundial, traumatólogo de profesión, hizo que Donald prestara atención a nuevas oportunidades para mantenerse sano, comprometido y haciendo lo que disfruta.
Hoy, Donald y su esposa llevan una agitada vida social: juegan golf con amigos, dedican tiempo a su familia cercana y participan de las actividades de su comunidad. Y Donald no tiene intención de detenerse. Considera que cumplir 100 años es apenas un hito más en lo que dice que ha sido una “vida formidable”
.